Exceso de leche: qué hacer

Algunas madres pueden experimentar un flujo de leche muy intenso que su bebé puede encontrar difícil de manejar, lo que puede causar incomodidad en el pequeño. Los signos de un flujo elevado de leche incluyen náuseas, asfixia, cólicos, alimentación frecuente y obstrucción de los conductos lácteos. Para gestionar un flujo de leche elevado, las madres pueden intentar extraer un poco de leche antes de amamantar, ofrecer tanto la leche inicial como la final, amamantar de un solo seno por toma y probar con diferentes posiciones de lactancia. Si estas técnicas no son efectivas, es esencial buscar la ayuda de un especialista para una evaluación y tratamiento adecuados.

¿Cómo identificar un flujo de leche fuerte?

Algunas madres pueden producir más leche de la que sus bebés necesitan o pueden manejar. Este flujo intenso puede salir rápidamente y con mucha fuerza, especialmente durante las primeras semanas de lactancia debido a la regulación hormonal. No obstante, en algunas madres, este flujo intenso puede persistir. Aunque puede ser molesto, indica que tu cuerpo está produciendo una buena cantidad de alimento para tu bebé. Si no ves una mejoría, es aconsejable buscar ayuda para gestionar el flujo de leche y observar la reacción de tu bebé.

Señales en tu bebé:

  • Reflejo de náuseas
  • Asfixia y tos
  • Cólicos
  • Se aleja del pecho
  • Comprime el pezón para detener el flujo, causando dolor
  • Llora o se pone inquieto durante la alimentación
  • Quiere comer con frecuencia
  • Tiene reflujo
  • Deposiciones explosivas y de color verde

Señales en ti:

  • Si tu bebé se desprende del pecho, la leche sigue saliendo rápidamente.
  • Congestión constante en los pechos.
  • Salida disparada de leche durante el flujo intenso.
  • Obstrucción en los conductos del pecho.

¿Qué hacer para manejar un flujo intenso de leche?

Antes de amamantar, extrae un poco de leche para reducir la velocidad del flujo. Puedes hacerlo manualmente o con un extractor. Extrae solo una pequeña cantidad para evitar estimular una mayor producción. La leche inicial es rica en lactosa, mientras que la leche final contiene más grasa. Asegúrate de que tu bebé reciba ambas etapas para reducir los cólicos.

Evita extraer leche entre tomas salvo que sea absolutamente necesario. Si hay obstrucción en los conductos, esto puede llevar a una infección. Alterna las tomas entre un pecho y otro, y evita extraer leche del pecho que no estás usando. Prueba diferentes posiciones de lactancia, como sentar a tu bebé mirando hacia ti y reclinándote ligeramente hacia atrás para elevar la cabeza del bebé por encima del pecho.

Haz pausas para que tu bebé pueda eructar con frecuencia. Probablemente tu producción excesiva de leche se regulará a medida que tu bebé crezca. También es posible que él aprenda a manejarlo o se adapte. Si nada de lo anterior resulta efectivo y tras intentar varios métodos, es crucial consultar a un especialista para una evaluación profesional y recibir el tratamiento adecuado.

Fuentes de información:

  1. La Leche League UK
  2. KellyMom
  3. Breastfeeding Basics

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