Cómo utilizar el mindfulness con niños
El estado anímico de los padres influye en los hijos, quienes absorben sentimientos desde temprana edad. Practicar mindfulness aumenta la consciencia del momento presente, reduciendo el estrés y mejorando el bienestar. El Mindfulness va más allá de la meditación; implica estar presente y observar los pensamientos sin emitir juicios.
Los resultados positivos del mindfulness abarcan mayor concentración, relaciones más sólidas, reducción del estrés y aumento de emociones positivas. Como padres, siempre buscamos lo mejor para nuestros hijos, deseando que sean felices y alcancen todo su potencial. Pero, ¿qué ocurre cuando nosotros mismos no vivimos plenamente? Cuando nos encontramos estresados, preocupados o atrapados en la carrera diaria, estamos transmitiendo ese ejemplo a nuestros hijos. Los niños son como esponjas, absorben emociones desde el útero materno y son aún más sensibles a su entorno una vez que nacen. Entonces, ¿cómo podemos mejorar como individuos y trasladar esta mejora a nuestros pequeños? Sigue leyendo para descubrir más.
¿Alguna vez has vuelto del trabajo sin recordar el camino de vuelta? ¿Has salido de casa y dudaste si cerraste la puerta con llave?
Vivimos en la rutina, tanto en el hogar como en el trabajo, y realizamos nuestras tareas de forma automática, sin prestar atención a lo que hacemos. ¿Realmente podemos llamarlo "hora de la comida" cuando nuestra mente está invadida por preocupaciones o estamos absortos en mensajes y correos electrónicos en nuestro teléfono?
Los seres humanos tenemos la capacidad de rememorar el pasado, proyectarnos en el futuro y vivir el presente. Este último, sin embargo, suele pasarse por alto en nuestros pensamientos, los cuales tienden a centrarse en el pasado o en preocupaciones sobre el futuro. ¿Y qué pasa con el momento presente?
¿Has prestado atención al entorno que te rodea en este momento? ¿Has notado la temperatura de la habitación? ¿El aroma que flota en el aire? ¿Cómo se siente tu cuerpo en este instante? ¿Estás relajado o sientes alguna tensión? ¿Hay alguna incomodidad física o dolor? ¿Sientes hambre? Todos estos pensamientos, sensaciones y estímulos son parte del presente. Al ser consciente de ellos, estás practicando el "mindfulness", es decir, estar plenamente presente en el aquí y ahora.
Muchos asocian el mindfulness únicamente con la meditación. Si bien la meditación es una forma de practicarlo, no es la única. El objetivo del mindfulness es hacerte más consciente de tu entorno y de lo que está sucediendo en el momento presente. Por lo tanto, puedes integrarlo fácilmente en tu día a día y transformarlo en un hábito mental. Esto te permitirá observar tus pensamientos sin juzgarlos y aceptar lo que ocurre en cada instante.
Numerosos estudios, realizados por institutos nacionales de salud y universidades prestigiosas como Harvard, han demostrado que practicar mindfulness contribuye a una mayor satisfacción y felicidad en la vida. Al estar en paz con nosotros mismos y ser felices con lo que somos, podemos transmitir esa armonía a quienes nos rodean.
Los defensores del mindfulness argumentan que:
- Estimula las funciones ejecutivas del cerebro.
- Mejora la relación con uno mismo y con los demás.
- Aumenta la concentración, la creatividad y la claridad mental.
- Genera emociones positivas.
- Reduce el estrés.
- Favorece un mejor descanso y sueño.
- Alivia las molestias musculares.
- Mitiga la ansiedad, las preocupaciones y el miedo.
- Incrementa la flexibilidad mental.
Como padres, practicar mindfulness mejora nuestras relaciones con nuestras parejas e hijos. Además, podemos inculcar esta filosofía a nuestros hijos para que vivan vidas más conscientes y felices.
¿Cómo podemos comenzar a practicar mindfulness?
Una forma sencilla es conectarnos con nuestros sentidos. Piensa en las actividades diarias y enfócate en tus sentidos mientras las realizas. Sé consciente de ellos.
Sugerencias:
- Al cepillarte los dientes, ¿qué sabor tiene la pasta dental?
- Durante el desayuno, ¿cuántos colores ves en tu plato?
- En el camino al trabajo, ¿qué sonidos percibes en la calle?
- Al ducharte, ¿cómo se siente el jabón entre tus manos?
- Mientras lavas la ropa, ¿qué aroma emana?
Estos son solo ejemplos de actividades cotidianas en las que puedes practicar mindfulness, ya sea solo o con tus hijos. ¡Hazlo divertido! Compitan por encontrar más colores en sus alimentos, identifiquen los sonidos de la calle y admiren los colores del atardecer.
Un padre que vive en el momento presente está más consciente de sí mismo y en sintonía con sus hijos. ¿En qué otras actividades diarias podrías comenzar a practicar mindfulness? ¿Qué actividades con tus hijos podrían convertirse en oportunidades para vivir plenamente el presente?
Los niños que practican mindfulness:
- Prestan más atención y se concentran mejor.
- Suelen estar más calmados y experimentan menos ansiedad.
- Son más empáticos y tienen una mejor comprensión de los demás.
- Desarrollan estrategias para gestionar emociones y resolver problemas.
- Deja de vivir en piloto automático y comienza a ser más consciente de tus acciones.