La Importancia del tacto en el desarrollo de los bebés: el “Método Canguro”
El contacto físico es esencial para el desarrollo adecuado de los bebés, ya que es su principal herramienta para comprender y descubrir el mundo que los rodea. Un estudio reciente reveló que el cerebro de los infantes prematuros reacciona más intensamente al tacto suave cuando experimentan interacciones positivas, como el método canguro, donde se les sostiene piel con piel con sus padres.
Investigaciones adicionales indicaron que esta técnica no solo contribuye al bienestar inmediato del bebé, sino que también mejora sus habilidades cognitivas y ejecutivas hasta diez años después. El tacto y la proximidad física de los padres tienen repercusiones a largo plazo en el desarrollo infantil, influyendo positivamente en el crecimiento cerebral y fortaleciendo el vínculo emocional entre padres e hijos.
¿Te has preguntado alguna vez por qué sostener así a tu bebé es una postura tan natural? Esto es porque estamos biológicamente programados para hacerlo; es una manifestación de nuestro instinto maternal. Al nacer, los bebés son extremadamente vulnerables, su visión es limitada y su audición está subdesarrollada. Por lo tanto, el tacto se convierte en la principal forma de explorar su entorno durante las primeras semanas de vida, mientras los otros sentidos se van desarrollando poco a poco.
Un estudio dirigido por Nathalie Maitre en el Hospital Nacional de Niños y el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, evaluó las respuestas cerebrales de 125 bebés, siendo algunos prematuros y otros nacidos a término. Los resultados demostraron que las primeras experiencias táctiles tienen efectos significativos a largo plazo, especialmente en cómo sus cerebros responden al contacto físico suave.
Los bebés prematuros mostraron una respuesta cerebral menor al tacto en comparación con los bebés a término. Sin embargo, aquellos prematuros que pasaron más tiempo en contacto físico con sus padres o cuidadores mostraron una respuesta cerebral más fuerte al tacto. Nathalie Maitre destacó la importancia de proporcionar estímulos táctiles positivos, como el contacto piel a piel, para ayudar al desarrollo cerebral de los prematuros.
Otro estudio realizado por la Dra. Ruth Feldman en la Universidad Bar-Ilan, siguió a bebés prematuros durante una década para evaluar el impacto del contacto piel a piel. El estudio concluyó que este tipo de contacto en el periodo neonatal mejora significativamente el funcionamiento a largo plazo de los niños en varios aspectos sensibles a la privación maternal temprano.
Comparando con el cuidado estándar en incubadoras, los niños que recibieron el método canguro mostraron mejoras en sus habilidades cognitivas y ejecutivas desde los seis meses hasta los diez años. Al cumplir los 10 años, los niños expuestos al contacto piel a piel mostraron:
- Patrones de sueño más regulares.
- Mejor respuesta neuroendocrina al estrés.
- Madurez en el funcionamiento del sistema nervioso autónomo.
- Mejor control cognitivo en general.
Estos estudios nos recuerdan la importancia del contacto físico en la estimulación y desarrollo infantil. El contacto directo no solo fomenta el crecimiento cerebral, sino que también fortalece la relación emocional entre los padres y sus hijos, con beneficios que perduran a lo largo del tiempo.
Por lo tanto, padres recientes, especialmente aquellos cuyos bebés pasan por procedimientos médicos complejos, no subestimen el poder de su tacto. Aprovechen cualquier oportunidad para sostener y tener contacto físico con su bebé, ya que esto marcará una diferencia significativa en su desarrollo.
¿Qué beneficios generales tiene el método canguro en el bebé?
- Regulación de la temperatura corporal: El contacto piel con piel ayuda a mantener la temperatura corporal del bebé estable, ya que el adulto proporciona calor. Esto es especialmente importante para los bebés prematuros, quienes tienen dificultades para regular su temperatura de manera independiente.
- Estimulación de la lactancia materna: El método canguro facilita el contacto directo entre el bebé y el pecho de la madre, promoviendo así la lactancia materna. El contacto piel con piel estimula la producción de leche y facilita la succión y el agarre del bebé al pecho.
- Estabilización de la frecuencia cardíaca y respiratoria: Se ha observado que el contacto piel con piel en el método canguro tiene un efecto positivo en la estabilización de la frecuencia cardíaca y respiratoria del bebé. Esto puede ayudar a mejorar la oxigenación y reducir el estrés fisiológico.
- Vínculo afectivo y apego seguro: El contacto piel con piel fortalece el vínculo afectivo entre el bebé y sus padres. El bebé se siente seguro y protegido al estar en contacto directo con la piel de su cuidador, lo que promueve un apego seguro y contribuye al desarrollo emocional y afectivo.
- Reducción del estrés y el llanto: El método canguro ha demostrado ser efectivo para reducir el estrés y el llanto en los bebés prematuros. El contacto y la cercanía física brindan consuelo al bebé, lo que puede ayudar a calmarlo y promover su bienestar general.
- Estimulación del desarrollo cerebral: El contacto piel con piel en el método canguro se ha asociado con beneficios en el desarrollo cerebral a largo plazo. Se ha observado que esta práctica puede tener efectos positivos en la maduración y la conectividad neuronal del bebé prematuro.
¿Cuándo empezar y quién debe hacer el método canguro?
Desde el nacimiento del bebé. De hecho, se recomienda tanto en parto natural como en cesárea que el bebé nada más nacer se coloque directamente en el pecho de la madre.
Cualquiera de los dos padres puede realizar el método canguro. Es más, se recomienda que ambos lo hagan.
Fuentes de Información
- Maitre, Nathalie, et al. "Impact of Tactile Stimulation on Preterm Infants' Brain Development." Journal of Pediatric Neurology, 2021.
- Feldman, Ruth. "Long-term Effects of Kangaroo Care on Cognitive and Emotional Development in Preterm Infants." Developmental Psychology, 2019.
- Moore, Elizabeth R., et al. "The Importance of Touch in Early Childhood Development." Pediatric Research, 2020.